Después de nuestros encuentros de abril, hoy martes 26 de mayo tenemos la oportunidad de poder asistir a dos muy interesantes.
A las doce de la mañana (hora de Madrid) la Fundación Ibercaja transmite en directo un encuentro con Irene Vallejo (autora del maravilloso ensayo El infinito en un junco), Nuccio Ordine (referente internacional en humanidades) y Emilio del Río (sabio conocedor del mundo clásico grecolatino, que difunde con humor). En este enlace tienes toda la información y el acceso directo al encuentro.
Por la tarde, a las 18 horas, desde la cuenta de Instagram de la editorial Edebé (@grupoedebe), Beatriz Osés hablará de su Erik Vogler. Si no pudiste estar en nuestro encuentro con Beatriz, no te lo pierdas. Si estuviste y te quedaste con ganas de preguntar, hoy es el momento.
Pero otro encuentro que hoy La senda literaria quiere provocar aquí es el de dos caminos que hace un año (justo el 23 de mayo de 2019) se encontraron en nuestro salón de actos. Los caminos de un gran actor, Antonio Hernández Fimia, todavía en la Escuela de Arte Dramático de Madrid (la RESAD), y de un increíble poeta, Mario García Obrero, todavía en las aulas de secundaria (este año, estadounidenses). Hace muy pocos días, uno y otro han compartido creaciones que queremos unir aquí.
Mario fue invitado a participar con un vídeo en el que lee dos de sus poemas en el canal de Instagram de la Biblioteca Castilla-La Mancha. Esta biblioteca es la más importante de la región. Está situada en un espacio muy peculiar: la última planta del Alcázar de Toledo. Ha sido el vídeo más visitado de este canal en un solo día.
También en estos días, Antonio ha publicado un vídeo que recoge un soneto que él mismo ha compuesto. En sus versos refleja su trayectoria por la RESAD. Dos joyas que os ofrecemos aquí reunidas.
Saber que aunque es real, estás de paso.
Tomar a la familia por maestra.
Amar al cruel captor que te secuestra,
Y el morbo de ensayar en el parnaso.
Temer al utilero por un vaso.
«Lo siento pero el aula ya no es vuestra».
Migrar al 6 de julio tras la muestra.
Apuntarse un «más uno» por si acaso.
Las musas con más sueño de la historia.
Sonetos con sabor a despedida
que piden desandar la trayectoria.
Dejar atrás la tierra prometida.
Grabar con un florete en la memoria
los años más felices de tu vida.